Patatas Hasselback

Hoy vamos a tomarnos unas patatas Hasselback, un aperitivo muy especial. Y lo es por varios motivos que, como habréis adivinado, os voy a contar ahora mismo.

En primer lugar porque con estas patatas Hasselback me he estrenado con mi crockpot. Ya tengo chica nueva en la oficina y creo que me va a resultar difícil prescindir de ella. Ahora el tema es donde ubicarla porque empiezo a tener un serio problema de over booking. Pero seguro que lo arreglo. O le pido al vecino que me preste un trozo de su cocina, ya veremos.

En segundo lugar porque esta receta sirve para participar en el III concurso Viajes gastronómicos a fuego lento que este año tiene lugar en la zona de Triball en Madrid.

Y ahora me confieso: madrileña desde hace 42 años, jamás había escuchado hablar de Triball. Y resulta que está aquí al lado, en pleno centro, formando un triángulo delimitado por la propia Gran Vía, la peatonal calle Fuencarral y la Corredera Baja de San Pablo. Una zona de lo más castiza que podéis aprovechar para visitar entre el 16 de noviembre y el 2 de diciembre para degustar las tapas que habrán preparado para la ocasión algunos de los locales más pintorescos de la zona.

Algunos blogueros hemos sido invitados a poner nuestro granito de arena elaborando una tapa del mundo y yo, gran admiradora de la cultura sueca, me he decantado en esta ocasión por unas patatas hasselback que están para morir de ricas.

Patatas Hasselback

Las patatas Hasselback reciben este nombre por el local que las inventó,  el Hasselbacken, que se encuentra en Djurgarden, una de las cientos de islas que conforman la ciudad de Estocolmo. Yo tuve la oportunidad de viajar allí hace unos años. Es una de las zonas con más atractivos turísticos de la ciudad: entre otros museos esta isla acoge al de Abba, el de Pipi Calzaslargas o el de Vasa, un emblemático buque sueco hundido el mismo día de su botadura. Hay también un museo de juguetes en el que pasamos mucho rato con los cachorritos y un pintoresco parque zooloógico. Precioso y muy recomendable.

Lo curioso de las patatas Hasselback son los cortes horizontales que se hacen en la patata antes de cocinarlas. De esta manera ocurren varias cosas: los sabores entran en la carne proporcionando un gusto increíble. Además, se reduce mucho el tiempo de cocinado (aunque no es el caso, puesto que he usado una olla de cocción lenta sobre la que hablaré más en otra ocasión)

En esencia, eso son las patatas hasselback: unas patatas cortadas en acordeón. Luego se pueden aderezar como cada uno quiera. Yo he elegido una salsa tártara y una crema agria para que cada cual elija la que más le guste.

Receta de patatas Hasselback con salsa tártara y crema agria, para #IIITapasAFuegoLento

Ingredientes

(cantidades por comensal)

• 1 patata por comensal,
  (Procuraremos que todas las patatas tengan más o menos el mismo tamaño para que tarden lo mismo en cocinarse)
• 1 loncha de beicon,
  (se puede sustituir por fiambre de pavo o jamón de york)
• sal,
• 1 puñado de queso rallado,
• 2 cucharadas de aceite.

Para las salsas:

• Salsa agria: 4 cucharadas de nata, 1/2 cucharadita de zumo de limón.
• Salsa tártara: 4 cucharadas de mayonesa, 2 pepinillos, 1/2 cucharada de mostaza.

Elaboración

Comenzamos con las patatas

Vamos a empezar haciendo las patatas Hasselback porque lo vamos a hacer en nuestra nueva Crock Pot que cocina despaciiiiito, para sacar todo lo mejor de los alimentos.

        

1. Lavamos muy bien las patatas. Nos vamos a comer la piel, así que tendremos que asegurarnos de dejarlas bien limpitas.
2. Las secamos y las cortamos en rodajas con mucho cuidado de no llegar al final: tienen que quedarse abiertas como un acordeón, pero unidas por la parte de abajo, tal y como se ve en las imágenes.
   Puedes poner usar como guía un palo de brocheta clavado longitudinalmente en la propia patata; de esta manera, cuando el cuchillo haga tope, sabrás que tienes que dejar de cortar. A mí no me hizo falta, pero puede ser un buen seguro 😉
   Las rodajas han de ser muy finas, como de 3 o 4 mm.
3. Salamos las patatas, cortamos la loncha de beicon en trozos más pequeños y los introducimos en las abertura de la patata con cuidado de no romperlas.
4. Pintamos con un poco de aceite y ponemos las patatas Hasselback en la Crock Pot. Cocinamos 3 horasen temperatura alta.
   Cuando nos quede media hora, abrimos la olla con cuidado y espolvoreamos las patatas con el queso rallado.

Las salsas

En las 3 horas que dura la cocción, tenemos tiempo de hacer las salsas de acompañamiento y de echarnos una siesta 😛

Para la crema agria, bastará con mezclar la nata con el zumo de limón y ajustar el punto de sal o aderezar con un poco de pimienta si nos apetece. Removemos bien hasta que la nata se corte por efecto de limón y se endurezca ligeramente.

Para la salsa tártara, primero tenemos que hacer una mayonesa. En esta ocasión he usado el otro electrodoméstico patrocinador del concurso, una batidora Oster que es otro de los patrocinadores del evento.

       

Tenemos que poner todos los ingredientes de la mayonesa (1 huevo, 1 cucharada de zumo de limón, 1 cucharadita de sal) en la jarra de la licuadora y  botón de velocidad manual 2 durante 5 segundos. Luego se va añadiendo el aceite (180 ml.) formando un hilo delgado constante por el dispensador de la tapa manteniendo siempre la licuadora en funcionamiento.
Retiramos la mayonesa a un bote o cuenco y añadimos a la batidora los pepinillos. También podemos picarlos muy finos a mano.
Mezclamos los pepinillos picados con 1 cucharada de mostaza y con 3 o 4 cucharadas de mayonesa.

Montaje de la tapa de patatas Hasselback con salsa tártara y crema agria

Una vez que termine el tiempo de cocción de las patatas Hasselback, comprobaremos, pinchando con un palito, que están tiernas. Si no es así, podemos programar la Croc-Pot un poco más, pero no creo que sea necesario.

Ya sólo nos queda servir acompañadas de las salsas. Yo siempre prefiero poner las salsas por separado porque tengo en casa un par de especímenes raros (el cachorrito mayor y el papá) a los que no les gustan las salsas. ¡Quién en este mundo no quiere mojar cualquier comida, en especial unas patatas tan ricas como estas, en una buena salsa! En fin, ver para creer…

A mí me han gustado especialmente con la crema agria, ¿tú qué salsa prefieres?

Te dejo aquí algunas que también pueden quedar de maravilla:

• Ketchup casero,
• mayonesa de ajo negro,
• vinagreta de miel y orégano.