Garbanzos a la carbonara

En la vida se me habría ocurrido hacer unos garbanzos a la carbonara si no se lo veo a mi amigo Guille en Instagram. Pero se trata de un plato socorrido, nutritivo y muy rico.

En mi caso, aproveché garbanzos que sobraron del cocido porque ya sabéis que la comida no se tira. Pero también podéis cocerlos exprofeso para la ocasión o usar un bote de legumbres en conserva, lo cual agilizará bastante el proceso y te permitirá tener la comida lista en menos de media hora.

Sigue leyendo porque te voy a contar todos los trucos para hacer unos garbanzos a la carbonara para chuparse los dedos.

 

 

 

Salsa carbonara de huevo

Ya sabéis que la salsa carbonara es típica para las pastas y se hace a base de yema de huevo. Eso en Italia, la salsa carbonara original; en España tenemos la fea costumbre de hacerla con nata y atrevernos a llamarla carbonara.

Porque se puede hacer una salsa con nata para la pasta, ¿por qué no? Y puede estar muy rica también. Pero decir que se parece en algo a la carbonara… pues no, amiguis.

Luego nos ponemos dignos cuando nos tocan la paella o la tortilla de patata. Pues los italianos con su carbonara lo mismito 😉

Garbanzos a la carbonara

Ingredientes por persona

• 200 g. de garbanzos ya cocidos,
• 2 yemas de huevo
  (guarda las claras en el congelador para hacer un bizcocho de claras, que sale riquísimo y súper esponjoso)
• 50 g. de queso parmesano rallado.
• Opcionalmente, una cucharadita de sazonador para la carbonara deJust Spices, que puedes conseguir con descuento usando el código JUSTCOCINANOPARAMISCACHORRITOS.
  
• A la carbonara auténtica se le echa guanciale, una especie de panceta italiana.
  Si no tienes, puedes usar beicon, que es mucho más fácil de encontrar. O no echar nada, como hice yo, porque no me gustan mucho este tipo de embutidos.

 

 

Cómo hacer los garbanzos a la carbonara

1. Si los garbanzos que vas a usar son de bote, ponlos sobre un escurridor y lávalos bien para eliminar todo el líquido de la conserva. Escúrrelos bien para que queden lo más secos posible.
   Si los garbanzos son cocidos en casa, bastará con que los escurras bien para asegurarte de que no queda líquido.
2. Mientras tanto, ralla el queso parmesano si lo has comprado sin rallar y separa las claras de las yemas.
3. Mezcla el queso rallado con las yemas, añade sal y pimienta al gusto y una cucharadita del mix de especias para carbonara, de manera opcional.
4. Una vez secos los garbanzos, calienta una sartén y echa en guanciale o el beicon para que se tuesten ligeramente. No necesitas añadir más aceite.
5. Pero si no vas a usar ninguno de los dos, pon una cucharadita de aceite de oliva a calentar. Cuando el aceite esté caliente (o el embutido doradito y haya soltado su grasa), incorpora los garbanzos y rehógalos.
6. Cuando los garbanzos estén calientes, apaga el fuego y añade la crema de yemas y queso parmesano. Remueve bien para que se mezcle con todos los garbanzos.
   Con el calor residual de la sartén y de los propios garbanzos, se cuajará lo suficiente para crear una crema tremendamente rica.

Ya sólo nos queda servir y decorar con unas hojitas de albahaca que le da un puntazo la mar de rico al plato.

Y, para los viciosos del queso, como yo, siempre puedes echar otro poquito (o muchito 😉 ) de queso rallado por encima.

Garbanzos que dan mucho juego

Los garbanzos son mis legumbres favoritas, por eso en este blog podéis encontrar un montón de recetas con este ingrediente. Desde las más tradicionales como el potaje de cuaresma, como otras más originales como los garbanzos a la carbonara de hoy, o algún que otro revuelto: con cuscús o con espinacas, pasando por los clásicos falafel o unas deliciosas hamburguesas de calabacín y garbanzos.

Felices platos con garbanzos.