Hoy vengo con una receta básica, de esas que no deberían faltar en ningún recetario (y, sin embargo, no estaba en el blog) y que muchas veces renunciamos a preparar porque nos parece demasiado complicada, pero que, en realidad, no lo es.
Es más el pensarlo que el ponerse a ejecutarla y da excelentes resultados, nada que ver con las latas que venden. Testado y aprobado hasta por los cachorritos, no os digo más.
El color de esta salsa de tomate casera no es tan rojo como el envasado, dependerá del tipo de tomate que usemos. En esta ocasión eran unos de huerto, el huerto de mi amiga Almudena que me regaló unas verduritas mas buenas…
Os digo una cosa, de ahora en adelante pienso aprovechar los tomates maduros que en mi frutería suelen tener a muy buen precio para preparar esta salsa de tomate y tenerla siempre en casa.
Esta vez no la he envasado porque la cantidad no era excesiva y ha sido hacerla y consumirla casi inmediatamente.
Cómo hacer salsa de tomate casera
Ingredientes:
- Tomates bien maduros (aproximadamente 1 kg.)
- 1 cebolla mediana
- 50 gr. de aceite de oliva virgen extra
- 2 cucharaditas de azúcar
- 1 cucharadita de sal
- Opcionalmente se puede aromatizar la salsa con hierbabuena, romero, albahaca o alguna otra hierba aromática que sea de nuestro gusto.
Elaboración:
En My cook o thermomix:
- Sofreír el aceite, 2 minutos a velocidad 1, 120º
- Añadir la cebolla, 120º, 2 minutos, velocidad 1
- Incorporamos los tomates lavados y partidos en cuartos, el azúcar y la sal. Programamos 20 minutos, 120º, velocidad 1 y dejamos trabajar.
- Una vez finalizado el tiempo, comprobamos la textura de la salsa. Si la queremos más espesa, programamos otros 5 minutos y si la preferimos más fina, pulsamos un par de veces el turbo hasta dejarla a nuestro gusto.
Tradicional:
Hay varias formas de hacerla: se pueden escaldar los tomates antes de freírlos para pelarlos o saltarnos este paso y triturar la salsa después con ayuda de un pasapurés para evitar las pieles.
Estos pasos nos los saltamos con la My Cook porque el turbo tritura de tal manera que ni una pielecilla te encuentras, ¡es genial!
Escaldamos los tomates un minuto en agua hirviendo para pelarlos más fácilmente.
Los pelamos con cuidado de no quemarnos.
- Sofreímos la cebolla con el aceite en una olla de fondo grueso y, cuando empiece a blanquear, añadimos los tomates partidos en cuartos.
- Dejamos sofreír, removiendo de vez en cuando para que se vayan deshaciendo. Unos 40 minutos a fuego medio, con cuidado de que no borbotee demasiado; quizá algo mas, hasta que la salsa tenga la consistencia deseada. Podemos triturarlo o pasarlo por el pasapurés después si no nos gusta encontrar trozos, eso ya es totalmente opcional y personal, pero si vamos a optar por hacerlo, podemos saltarnos el paso de escaldar y pelar los tomates.
Ya veis que es sencilla. Un poco laboriosa o, mejor dicho, larga porque tampoco tenemos que estar pendiente de ella absolutamente todo el tiempo, pero merece la pena, de verdad.
¿En cuántos de vuestros platos usáis tomate frito? Pues probad a hacerlo casero y notaréis la diferencia.
Si os apetece, podéis contarme cómo la hacéis vosotros.
¡Feliz miércoles!
Platos en los que puedes utilizar esta salsa de tomate casera:
Yo nunca utilizo el tomate envasado. Hago una receta igual que la tuya pero sin cebolla y los niños ya no quieren otra!!!! Probaré de añadir el sofrito a ver como queda, aunque ya se ve qque genial!!!
¡Es genial que hagas tu propio tomate frito! La próxima, sin cebolla.
Tiene muy buena pinta, para pizzas o para acompañar carnes empanadas para los niños o lo que sea.
Yo también tengo un blog, que he abierto hace poco y me encantaría que visitaras. La última receta es un salmorejo cordobés. A ver si tienes tiempo y te puedes pasar. Me quedo como seguidor.
http://www.dulceriasconsorpresa.com
Un beso,
Adrián.
mmmm que buena pinta tiene tu salsa de tomate!! Yo también me pondré a ello pero para hacer despensa que tengo un montonazo de tomates ^^