Tosta otoñal {níscalos y trufa}
Tosta otoñal {níscalos y trufa}
¿Hay algo más otoñal que las setas?
Lo cierto es que el otoño nos regala un montón de productos maravillosos con los que compensar el abandono del exuberante verano.
Productos de otoño: níscalos y trufas
Calabazas, setas, granadas, manzanas, frutos secos y membrillo son sólo alguno de los ejemplos que se me vienen a la cabeza sin pensarlo demasiado.
Las setas son un icono del otoño. De entre todas, mis favoritas son los níscalos. Fácilmente reconocibles por su color anaranjado con el que se camuflan entre las hojas caídas, los níscalos se caracterizan por su carne tersa y su sabor intenso. Son los más fácilmente reconocibles y, por tanto, de los más demandados para su recolección por aficionados.
Los níscalos, también llamados robellones, dan mucho juego en la cocina. Un pollo asado o cualquier guiso, cobra otro otro color y un sabor totalmente diferente, con un puñado de níscalos.
Pero hoy los vamos a cocinar en forma de tosta, combinados con otro de los productos estrellas del otoño: la trufa que, en realidad, es el cuerpo fructífero de otro hongo.
Vamos con ello, que os lo cuento.
Tosta otoñal {níscalos y trufa}
Ingredientes
(cantidades por persona)
- 1 rebanada de pan casero,
- 2 lonchas de queso trufado.
Yo he usado el de Quesería Montequesos, tal y como veis en la imagen. Si no lo encontráis u otro similiar, podéis usar un queso que os guste y añadir un poco de trufa rallada. - un puñado de níscalos,
- un diente de ajo,
- una cucharadita de perejil picado,
- aceite de oliva virgen extra.
Elaboración
Hacer la tosta otoñal, como veréis, no es nada complicado. Se trata de una cena de lujo con muy poco esfuerzo o de un aperitivo perfecto para tomar con una copa de vino mientras cocinas el plato principal.
- Lo primero de todo es tener los níscalos limpios. Para ello, hay que lavarlos para eliminar los restos de tierra, de hojas o de agujas de pino que suelen estar enredadas.
En general, setas y hongos no se mojan a la hora de lavarlos, sino que se usa un cepillito especial para ello o una servilleta humedecida y se secan después con otra servilleta seca.
Sin embargo, si están muy sucios o tienen mucha tierra, pueden lavarse debajo del grifo con agua fría para secarlos inmediatamente con un trapo de algodón o una servilleta de papel.Nunca nunca pongas en remojo los níscalos, setas u hongos porque son muy porosos, absorben el líquido y pueden echarse a perder.
- Una vez los níscalos limpios, pon una sartén al fuego con un chorrito de aceite de oliva virgen extra y un diente de ajo picadito.
Saltea los níscalos hasta que estén cocinados. Tienen que ablandarse ligeramente, pero hay que tener cuidado de que no se tuesten para que sigan jugosos.
Reserva. - Corta la rebanada de pan, coloca sobre ella las lonchas de queso y, encima, los níscalos salteados.
- Espolvorea con un poco de perejil picado y mete la tosta al horno durante 5 minutos hasta que el pan se tueste y el queso se funda.
No hay que esperar mucho, ¡la tosta otoñal está buenísima calentita y con el queso aún fundido! Un auténtico placer.