Pasta con alcachofas

En plena temporada de alcachofas, con el huertito rindiendo como un campeón, yo me he rendido a este majar vegetal y se lo añado a cualquiera de mis platos. Un ejemplo claro es esta pasta con alcachofas que preparé hace unos días sin mucha complicación. Que no lleve complicación para mí es una ventaja, especialmente entre semana cuando disponemos de menos tiempo por motivos de trabajo y otras obligaciones.

Como las alcachofas no son fáciles rápidas de limpiar, se pueden dejar cocinadas el fin de semana para, en el momento de servir, añadir la pasta, una salsita rápida que ahora os contaré y ¡delicioso plato de pasta con alcachofas! Nutritivo, versátil, rápido y delicioso. Como os suelo decir, no sé qué  más queréis 😉

Pasta con alcachofas

Antes de explicaros la receta, hablaremos de la pasta.

Pocos ingredientes hay en cocina tan versátiles como la pasta: puede cocinarla con un millón de salsas diferentes, en ensalada, en sopas e incluso en tortillas. Y, no contentos con eso, en el mercado hay una cantidad inmensa de variedades de pasta: la típica blanca que tradicionalmente se hace con huevo, pasta verde que suele hacerse con jugo de espinacas, roja, con remolacha, con tinta de sepia e incluso con algas para un sabor a mar más intenso.

Generalmente la pasta se elabora con trigo de grano duro, lo que la convierte en un hidrato muy económico y fácil de cocinar, pero que puede suponer un problema para las personas celíacas o que no puedan consumir gluten. Por eso, en el mercado se pueden encontrar cada vez más variedades de pasta sin gluten elaboradas con harina de arroz, maíz o con legumbres.

Precisamente de garbanzos es la pasta de Barilla que he usado para hacer este plato de pasta con alcachofas.

Ingredientes

• 1 paquete de casarecce Barilla 100% garbanzos,
• 4 o 5 alcachofas,
• 1 limón,
• 1 cebolla mediana,
• 2 dientes de ajo,
• 1 vaso de vino blanco,
• 3 o 4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra,
• sal, pimienta y otras especias al gusto.

Receta #sinhuevo #sinleche #sinlactosa #singluten #sinazúcar

Comprobar con el fabricante la ausencia de trazas.

Elaboración

Lo primero de todo es preparar las alcachofas

No es que sea difícil, pero es laborioso y entretenido. Una vez que le coges el truco, la verdad es que no es para tanto, pero la primera vez que te pones con una alcachofas, aquello se te hace un mundo. Os lo explico:

1. Desecha las hojas exteriores de la alcachofa, que son más gruesas y fibrosas. Quédate con el corazón y algunas de las hojas más cercanas a él y más tiernas. No te deshagas del rabito que suele tener mucha carne y un sabor delicioso.
2. Corta la parte superior de la flor (sí, sí, la alcachofas es una flor), como 1 dedo desde el extremo. Tampoco nos interesa.
3. Pela el rabito para quitarle la capa más externa y sucia ayudándote de un pelador de verduras.
4. Corta las alcachofas a la mitad y restriégalas con un limón partido. De esta manera, el ácido cítrico del limón evitará que la alcachofa se oxide.
   

   La alcachofa suele tener mucho pulgón. En las compradas no se nota tanto, pero las que traemos del huertito a veces sí nos pasa. En ese caso, puedes ponerlas ya partidas a la mitad en un cuenco con agua fría y el zumo del limón; de esta manera los bichitos saldrán y las alcachofas no se oxidarán.

5. En una cazuela de fondo grueso, pon el aceite de oliva. Cuando empiece a tomar calor, sofríe los ajos. Escurre las alcachofas y saltéalas a fuego vivo para que se doren ligeramente. Añade el vino y deja cocer durante 20 minutos aproximadamente para que estén tiernas.
   Si ves que se consume el líquido, puedes añadir un poco de agua o de caldo de verduras.

Con esto ya tendríamos las alcachofas listas para consumir. Podemos ponerles una loncha fina de jamón serrano por encima para que, con el calor, se deshaga un poco la grasa y quedan deliciosas.

Pero para hacer el plato de pasta con alcachofas las vamos a reservar así, tal cual. Puedes continuar ahora la preparación del mismo o guardar las alcachofas en el frigorífico y hacerlo 2 o 3 días después siguiendo un poco los principios de lo que ahora se llama batchcooking y que no es otra cosa que tener preparaciones básicas cocinadas con antelación para poder hacer comidas sanas y nutritivas de manera rápida en el momento.

Finalización del plato de pasta con alcachofas

1. Ya sólo nos resta cocer los casarecce de garbanzos siguiendo las indicaciones del fabricante.
   Escurre la pasta reservando un cazo del agua de la cocción.
2. Mientras tanto, pon en una sartén un poco de aceite de oliva virgen extra y sofríe en él la cebolla picada muy fina. Deja que se cocine a fuego bajo hasta que esté tierna.
3. Añade las alcachofas. Recuerda que ya están cocinadas por lo que sólo queremos que se integren con la cebolla y, si las teníamos en la nevera, que vuelvan a coger calor.
4. Incorpora el cazo de agua que has reservado de la cocción de la pasta y pon a punto de sal.
5. Añade ahora la pasta, remueve para que los sabores se integren bien y sirve inmediatamente.

Como veis, con esta elaboración en dos fases, el día que vayáis a comer este plato, podéis tener la comida lista en menos de media hora. Esto nos viene muy bien a los que estamos teletrabajando, por ejemplo, y no disponemos de toda la mañana para hacer la comida: con este tipo de trucos, comemos recién hecho todos los días 😉