Fieduá de pato y alcachofas
Este plato de fieduá de pato y alcachofas es una delicatesen muy fácil de preparar.
Recientemente hemos descubierto que nos gustan más las fideuás con estos fideos finos, de los que normalmente se usan para sopa, que con los clásicos de fideuá más gorditos, curvos y que tienen un agujero en el centro, como estos.
Ojo, no es que no nos gusten los otros fideos, es que hasta hace poco no habíamos probado a cocinar este plato con la variedad más fina; cuando lo hicimos, nos sorprendió tan gratamente la nueva versión, que nos hemos pasado a ella definitivamente.
Fieduá de pato y alcachofas
En esta ocasión hemos utilizado dos productos que hacen una pareja de éxito: las alcachofas y unos muslitos de pato confitados que, al estar ya cocinados, nos facilitan mucho la labor.
Aprovecho para compartir con vosotros otro descubrimiento reciente: los corazones de alcachofa congelados, ¡están buenísimos!
Confieso que yo siento debilidad por las alcachofas, pero me echa un poco para atrás que la mayoría de las conservas tienen sabor a conserva, más que a alcachofa. Siempre que puedo uso alcachofas frescas y, a ser posible, de mi huerto. Pero tenerlas congeladas es una ayuda maravillosa porque, como os digo, carecen de ese sabor a conserva de las envasadas. Procurad buscarlas pequeñitas, sólo el corazón, como las de las fotos, ¡es que están muy ricas!
Ingredientes
Para la fideuá de pato y alcachofas vais a necesitar:
- 2 muslos de pato confitado,
- 1 bolsita pequeña de corazones alcachofas congelados,
- 350 g. de fideos,
- 350 ml. aprox. de caldo de verduras,
- 200 g. de calabaza,
- 1/2 bote de pimiento del piquillo en conserva,
- 2 o 3 diente de ajo,
- aceite de oliva virgen extra, sal y pimienta al gusto.
Elaboración
- Comienza abriendo el paquete de los muslos de pato y separando la carne del aceite. Pero no tires el aceite, recógelo en un cuenquito porque lo vamos a usar.
Los muslitos puedes usarlo enteros o desmenuzados; si eliges esta última opción, no hagas trozos muy pequeños: que se noten en el plato. - Pela la calabaza y pícala en brunoise. Reserva.
- Pica bien fino el pimiento del piquillo y los dientes de ajo; yo prefiero hacerlo en picadora porque no me gusta encontrar trozos, pero eso va al gusto.
- Pon 2 cucharadas de aceite de oliva en la paella en la que vayas a cocinar la fideuá de pato y alcachofas. Cuando esté caliente, pero sin humear, vuelca los fideos y tuéstalos ligeramente. Remueve para que no se quemen y, cuando empiecen a estar doraditos, retíralos y resérvalos.
Este paso es importante para que luego los fideos no se queden demasiado blandos.
- Añade ahora el aceite que tenías reservado del confit de pato. Calcula que tendrán que ser unas 4 o 5 cucharadas. Reserva el resto por si acaso.
- Una vez caliente este aceite, echa el pimiento picado, baja la temperatura del fuego y sofríe hasta que esté pochadito.
- Añade ahora las alcachofas y la calabaza. Remueve y deja que se cocinen durante 2 o 3 minutos.
- Incorpora ahora los fideos y el caldo. Pon a punto de sal, remueve para que se distribuya más o menos homogéneamente en la paella y coloca por encima el pato.
Ten en cuenta que el pato ya está cocinado y, para que no pierda jugosidad, no queremos cocerlo más; lo único que necesitamos es que esté calentito a la hora de comer este riquísimo plato. Por eso lo colocamos pon encima sin meterlo dentro del caldo. - Sube el fuego para que el caldo empiece a borbotear y deja que se cocine unos 3 minutos o hasta que el agua se evapore.
¡La fideuá de pato y alcachofas está lista para ser servida!