7 ventajas que harán que te enamores de tu Crock-Pot
Crock-Pot
Me encanta colaborar con otros blogueros en la sección de guest post y la de hoy es una colaboración que me hace especial ilusión porque Félix, que es quien está detrás de Ollasdecocciónlenta.es se dirigió a mí ofreciéndome una pequeña (para mí muy grande) ayuda para mejorar mi blog. Así que, a cambio sólo os pido que visitéis su web y que leáis lo que tiene que contarnos sobre las ollas de cocción lenta, tan de moda últimamente.
Ya sabéis que la mía vive en casa desde hace muy poquito. Bueno, antes tuve otra que ni llegué a estrenar y, ¡oh, pecado! la vendí en Wallapop. Me alegro mucho por ella porque fue adoptada por una familia que la quería más que yo y que seguro que le está dando muy buen uso. Cada cosa tiene su momento y el mío con las ollas lentas aún no había llegado. Ahora parece que sí 🙂
Guest post: cocinando con Félix {Ollasdecoccionlenta.es}
Cuesta creer que la tecnología nos permita viajar al pasado, cuchillo y tenedor en mano, y remontarnos al tiempo en que nuestras queridas abuelas cocinaban platos llenos de amor, paciencia y dedicación. Mucha dedicación.
Pues bien, las ollas de cocción lenta son esa tecnología que, como si se tratara del Delorean de Doc y Marty McFly, nos va a permitir viajar en el tiempo en cada cucharada y, lo mejor de todo, con un esfuerzo mínimo y haciéndolo compatible con el ritmo de vida tan alto que llevamos en la actualidad. ¿Te ha picado el gusanillo de saber cómo? Prepárate, que allá vamos.
¿Qué es una olla de cocción lenta?
Una olla de cocción lenta, slow cooker o Crock-Pot (es el nombre de la marca más importante, pero se utiliza con cualquier olla de este tipo) es un electrodoméstico que cocina a una temperatura constante que como máximo alcanza los 100º. Cuenta con dos funciones de potencia, Low y High, y ambas alcanzan la misma temperatura, solo que la función high lo hace antes.
Los tiempos de cocción que emplea son largos, habiendo recetas que necesitan de hasta 8 horas para estar listas. Y, entonces, te preguntarás: ¿dónde está la ventaja y la facilidad de conciliación con nuestros ritmos de vida? Pues porque son programables: la enchufas, ajustas el tiempo que necesita tu receta y la dejas cocinando por ti. Sí, así de fácil, como suena. Y te parecerá bonito, tú disfrutando de tu tiempo libre mientras tu pobre olla hace todo el trabajo por ti 🙂
Un consejo: no todas las Crock-Pot se pueden programar, pero es tan fácil como hacerse con un temporizador de enchufe como este y arreglado.
Crock-Pot
Tienen muchas otras ventajas que te contamos ahora mismo, pero antes quería hablarte un poco de cuáles son las mejores ollas de cocción lenta. Sin duda, la marca es Crock-Pot: por tradición, calidad y resistencia. Fueron pioneros en esto de las slow cooker y se nota. Una olla Crock-Pot es garantía de éxito seguro.
Si me preguntas por los mejores modelos, aunque es evidente que no los he probado todos, sí que estoy en contacto con muchos amantes de las ollas de cocción lenta y te puedo decir que hay cierto consenso en torno a tres slow cookers:
- Ideal para las familias más pequeñas de 3 o 4 miembros: Crock-Pot SCV400RD de 3.5 L,
- Para cocinar para hasta 5 personas: Crock-Pot SCCPR507B-050 de 4.7 L,
- Para familias numerosas de hasta 6 miembros: Crock-Pot SCCPBPP605 de 5.7 L.
En casa somos cuatro, pero utilizamos el modelo de 4.7 L porque somos de buen comer y no nos importa que sobre un poco para el día siguiente. Sobre todo si son guisos o legumbres, dos de los platos estrella de las ollas Crock-Pot.
Las ventajas de las ollas de cocción lenta
Y ahora sí, prepárate para descubrir todos los beneficios de las slow cooker y de qué forma te pueden ayudar a hacer tu día a día más llevadero:
- Nutrición: las temperaturas a las que cocinan las ollas de cocción de lenta, nunca superiores a los 100º, hacen que los alimentos conserven mejor sus propiedades y sean más nutritivos contribuyendo, de este modo, a mejorar nuestra alimentación comiendo lo mismo, solo que cocinado de manera diferente.
- Tiempo: una vez puesta en marcha la olla, esta cocina en piloto automático, sin que tengas que prestarle más atención ni hacer nada. Si encima es programable o cuentas con un programador de enchufe, hasta te puedes ir a dormir. Dale la bienvenida a tu nuevo tiempo libre por cortesía de tu Crock-Pot 🙂
- Recetas: no te preocupes por ellas, encontrarás mucha variedad por la red. Solo recuerda que hay ollas más potentes que otras, por lo que lo que deberás adaptar el tiempo a la potencia de tu olla. Te recomiendo que le eches un vistazo al Baba ganush {con chips de lentejas} y a las Patatas Hasselback de Verónica, recetas muy originales y una buena demostración de cómo sacarle provecho a tu Crock-Pot.
- Resultado final: vas a alucinar con los sabores y texturas que se consiguen en las ollas de cocción lenta. Carnes tiernas y melosas que se deshacen como nubes de algodón, verduras que pese a cocinar durante muchas horas quedan al dente, salsas y caldos concentrados, sabrosos y densos, eso sí, no abuses de los líquidos en tus recetas porque las slow cooker evaporan poco y entonces la salsa quedaría demasiado clara.
- Eficiencia energética: uno de los grandes miedos que tienen los desconocidos de las Crock-Pot. Sin embargo, son máquinas muy eficientes y consumen poca energía (recuerda que apenas alcanzan los 100º). Un aparato de este tipo consume unos 200 W por hora de media, con un coste aproximado de 0,05 €, lo que supone entre 15-20 veces menos de lo que gasta una vitro. Además, como puedes programarla, si te organizas bien puedes elegir el horario en el que la electricidad sea más barata y ahorrar un poco de energía.
- Conciliación: bien utilizada es un aparato que nos adelanta el trabajo, nos hace ganar mucho tiempo y, por lo tanto, nos va a permitir conciliar de mejor manera nuestro ritmo de vida con una dieta variada y saludable.
- Limpieza: son muy fáciles de limpiar. Además, hay modelos con cazuelas metálicas que permiten utilizar la cazuela directamente en cocinas de gas o inducción aunque, llamadme tradicional, yo prefiero las cazuelas de barro de siempre.
Fundamental en nuestras cocinas
Realmente es un gran aporte por comodidad, nutrición y porque todo lo que metes en ella suele salir mejorado. Está claro que no es un electrodoméstico para improvisar, pero si te organizas bien, se le puede sacar mucho partido y facilitarte la vida en muchos sentidos. Yo no puedo vivir ya sin ella, y sé que desde que se la regalaron, Verónica tampoco puede. ¿Podrás hacerlo tú cuando la pruebes?
Aquí me despido ya, pero si tienes cualquier duda o consulta, pregúntanos en los comentarios, que aunque este sea un post a fuego lento, prometemos contestarte como una olla exprés.
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Pues sí, como dice Félix, yo ya no puedo vivir sin mi Crock-Pot. Tengo pendiente de enseñaros otras cuantas recetas que he cocinado con ella, pero es que últimamente no me da la vida. A ver si este finde consigo organizarme y os enseño lo divino que quedó el rabo de ternera que comimos hace un par de semanas, ¡estaba buenísimo!
Si quieres colaborar en esta sección #cocinandocon, sólo tienes que ponerte en contacto conmigo. Podéis ver aquí las colaboraciones de algunas blogueras que ya se han animado
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¿cómo sabía yo que tu tenías un especial hablando de las ollas? jeje, aquí estoy pillando toda la información que necesito, me gusta mucho asesorarme de lo que compro para no equivocarme, ya tengo suficiente chismes que no uso, así que me estudiaré el post, gracias.