Albóndigas de pollo sin huevo
Estas albóndigas de pollo sin huevo se las dedico a mi amiga Estefanía.
Estefanía tiene 2 niños multialérgicos y se ha hecho especialista en adaptar recetas para que sus cachorritos puedan comer sin que el montón de alimentos a los que tienen alergia les impida probar sentirse como los demás niños. Estefanía convierte cualquier tarta en una tarta apta para sus cachorritos, cualquier plato que lleve huevo o leche o (yo no soy capaz de recitar todos los alimentos que les dan alergia a los cachorritos de Estefanía, pero seguro que ella sí) lo veganiza como yo le digo para que sus niños puedan comerlo.
Y, para ayuda de todas las mamás (o tías, como es mi caso) de cachorritos con alergia, Estefanía nos deja sus recetas en su blog que se llama Sin trazas de leche y en su perfil de Instagram desde el que derrocha alegría y buen rollo.
Reto culinario Pyrex
Cuando hace unos meses nos pidieron desde Pirex que participáramos en su #retoculinarioPyrex y, además, casualidades de la vida, nos tocó hacerlo como pareja de cocinillas, no tuve ninguna duda de que cocinaría una receta apta para los cachorritos de Estefanía.
Y ese es el motivo por el que he elegido unas albóndigas de pollo sin huevo. Para sustituir al huevo, que tiene la función de amalgamar la masa de las albóndigas y mantenerlas unidas para que no se desmoronen, he usado calabacín y semillas de chía. Las semillas de chía tienen la facultad de, al entrar en contacto con un líquido, formar una sustancia llamada mucílago que es de consistencia parecida a la clara de huevo y cumple perfectamente con la función del huevo en estas albóndigas.
El reto culinario del que os he hablado consiste en cocinar una receta con los tres ingredientes que nos propusieron: en nuestro caso pollo, calabacín y patata. Ya veis que me dieron el pie perfecto para agasajar a los cachorritos de Estefanía y para innovar en las albóndigas de pollo sin huevo.
Además, nos han enviado uno de sus utensilios: la fuente Cook & Heat, que es ideal para transportar la comida a la oficina (cuando la pandemia nos lo permita, por supuesto) y calentarla allí dentro del mismo táper gracias a su tapa hermética con válvula que deja salir el vapor.
Pero no sólo eso: al estar hecho de vidrio, este recipiente se puede meter al horno, de manera que el mismo que usamos para cocinar podemos utilizarlo para transportar el alimento y luego para calentarlo, ¡todo son comodidades!
Albóndigas de pollo sin huevo
Como siempre digo, las albóndigas son un imprescindible en todas las casas con niños. No conozco a ningún cachorrito al que no le gusten las albóndigas. Seguro que alguno hay, pero yo no le conozco 😉
Ingredientes
(para 6-8 raciones, que Estefanía tiene, además, una niña preciosa: son familia numerosa)
Para las albóndigas:
- 1,5 kg de carne picada de pollo,
- 1 calabacín mediano,
- 1 cucharada de semillas de chía,
- ajo y cebolla en polvo,
- sal,
- 1 cucharadita de perejil picado (fresco o seco)
- 2 cucharadas de pan rallado más extra para rebozar.
Para la salsa:
- 1 cebolla grandecita,
- 60 g. de almendras picadas (o enteras, peladas y crudas)
- 4-5 cucharadas de aceite de oliva virgen extra,
- 1 vaso de vino blanco,
- sal y pimienta al gusto.
Guarnición: patatas fritas en cuadraditos.
Receta apta para alérgicos a la PLV y al huevo, así como para intolerantes a la lactosa. Las personas que no puedan consumir gluten, pueden adaptar esta receta sustituyendo el pan rallado por pan rallado sin gluten.
Elaboración
- Pela y pica el calabacín bien fino, pero con cuidado de no hacerlo puré.
- En un cuenco grande mezcla la carne picada, con el calabacín, el pan rallado, el ajo y la cebolla molidos, las semillas de lino y la sal al gusto.
Remuévelo bien con ayuda de las manos o de una cuchara de madera hasta que la mezcla sea uniforme. - Forma las albóndigas de pollo sin huevo, rebózalas en pan rallado y ponlas en una fuente que puedas meter al horno.
La fuente Cook & Heat de Pirex es ideal para ello. - Riega las albóndigas con un hililllo de aceite de oliva y hornéalas durante 5-10 minutos a 150ºC.
- Mientras tanto, vamos a hacer la salsa: pica la cebolla fina a tu gusto. Si las almendras no son molidas, tendrás que picarlas también.
Reserva ambas por separado.
En una sartén pon 3 o 4 cucharadas de aceite de oliva; cuando esté caliente, añade la cebolla picada y sofríela. Cuando empiece a estar blandita, añade las almedras picadas y remueve para que cojan un poquito de color.
Incorpora el vino blanco y sube el fuego para que se evapore todo el alcohol. Salpimenta la salsa al gusto y déjala que se cocine a fuego medio durante unos 5 minutos para que coja consistencia. - Saca las albóndigas del horno y riégalas con la salsa de almendras.
- Sirve acompañado de unas patatas fritas en cuadraditos que nosotros hemos hecho con nuestra freidora sin aceite.
Si os gustan las albóndigas tanto como a la mayoría de los cachorritos del mundo, os recomiendo estas:
- albóndigas de pollo con manzana,
- espaguetis con albóndigas, los de la Dama y el Vagabundo,
- albóndigas de atún.
¡Felices albóndigas!