Ensalada en bote
¿Qué os parece la idea de preparar una ensalada en bote? ¿rocambolesca? ¿extraña? ¿raruna?
Pues, en realidad, es una solución muy práctica para llevar las ensaladas a la oficina o de excursión consiguiendo que todos sus ingredientes se conserven en perfecto estado, incluso aunque las prepares con un par de días de antelación y las conserves durante ese tiempo en el frigorífico.
Una alternativa maravillosa a las ensaladas preparadas que nos venden carísimas, con salsas no tan sanas y empaquetadas en un montón de plástico.
Preparando la ensalada en bote en casa ahorramos dinerito y plásticos, que no es poca cosa.
Ensalada en bote: trucos e ideas
En esta ocasión no os voy a dar una receta porque la mejor ensalada en bote será la que prepares adaptándola totalmente a tus gustos y necesidades. Lo que sí voy a hacer es daros unos cuantos trucos para que salga fenomenal y podáis disfrutarla en la oficina o en la excursión como si estuviera recién hecha.
Elige los ingredientes
Elige los ingredientes que le pondrás a tu ensalada en bote. Para que sea un plato completo procura que haya representantes de todos los grupos alimenticios, por ejemplo:
- una o varias proteína: pollo en lata o a la plancha, huevo cocido, atún en conserva, trocitos de queso…
- vegetales: zanahoria, tomate, remolacha en tiras, maíz, judías verdes y alguna hoja fresca como lechuga o espinacas,
- frutos secos o semillas que, además, le aportarán un toque crujiente que a mí me encanta,
- puedes añadir pasta, arroz, quinoa u otro cereal. O tal vez patatas cocidas.
Prepara todos los ingredientes lavándolos, troceándolos o procesándolos como cada uno necesite.
No los mezcles todavía.
Llega el momento de meter los ingredientes en el bote
Para que la ensalada en bote se conserve perfectamente, este es el momento clave. Clave no tiene porqué ser igual a complicado y, de hecho, en esta caso no lo es.
Lo fundamental en este momento es poner los ingredientes húmedos o que puedan soltar algo de líquido en la parte de abajo del bote, tal y como veis en el vídeo:
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- En esta ocasión comenzamos por el tomate, el maíz, el chucrut de lombarda y el pollo.
- Continuamos con el queso si lo queréis poner, la pasta, arroz, quinoa, patata o lo que hayáis elegido y los frutos secos o semillas por encima.
Las hojas frescas como lechuga o espinacas se colocan arriba del todo procurando que no entren en contacto con los ingredientes más húmedos para que no se humedezcan y se pongan lacias.
Se cierra el bote y se conserva en la nevera hasta el momento de consumir.
Y cuando ya estés en la oficina muerta de hambre o en la excursión queriendo acompañar el bocata de tortilla con una ensalada fresquita, abres tu bote, le pones el aliño elegido por encima y ¡ensalada como recién hecha!
Recuerda que el aliño, la vinagreta o el aceite de oliva que le vayas a echar a tu ensalada deberás llevarlo en un recipiente aparte.
Sin ingredientes humedecidos y con sabor a hecho ayer.
¡Felices ensaladas fresquitas!