Aceite de albahaca
aceite de albahaca
La albahaca es una planta muy aromática, de nombre científico ocimum basilicum, propia de la estación veraniega. Se trata de una planta muy delicada que se estropea con muchísima facilidad: no le gusta el sol directo e intenso de su época, pero tampoco tolera bien el frío.
En estas condiciones, cultivar la albahaca o simplemente cuidar una plantita en casa, es una misión, si no imposible, sí muy muy difícil porque en pocas semanas, sus bonitas hojas tersas empiezan a ennegrecerse y ponerse tristes, de modo que lo mejor es consumirla cuanto antes si es que la has comprado para animar tus platos.
Pero la albahaca tiene un sabor tan intenso que, salvo que seas muy muy amante de la misma, a lo mejor te cansas de hacer que todas tus comidas sepan a esta hierba con tantísima personalidad.
Pues bien, aquí os traigo una solución fácil y muy rápida para conservarla y poder seguir disfrutándola pasados unos meses de su época: el aceite de albahaca.
Como veis en las imágenes, en esta ocasión he utilizado una variedad de albahaca poco común que tiene las hojas mucho más pequeñas que la común. La compramos este verano para plantarla en el huertito porque no encontrábamos de la otra (no sé qué ha pasado este verano con ella, que ha escaseado en los viveros) y porque pensamos que sería un poco más resistente. Error: ha durado lo mismo que la otra…
Lo bueno es que tiene el mismo aroma intenso y tan característico.
Aceite de albahaca
Hacer el aceite de albahaca para conservar esta plantita tan apreciada en cocina, es muy fácil. Tanto que casi me da vergüenza llamarlo receta 😉
Ingredientes
- Hojas de albahaca,
- Aceite de oliva virgen extra.
Necesitarás además unos botes de cristal con tapa.
Elaboración
- Para hacer el aceite de albahaca, basta con limpiar bien las hojas de albahaca cuidando de que no nos quede ningún tallo ni ninguna flor. Si la planta no es de cultivo ecológico, lávala debajo del grifo y sécala bien con un paño de cocina de algodón.
- Una vez seca, mete las hojas en los botes, cubre con aceite de oliva virgen extra y tapa los botes.
- Deja reposar durante 3 o 4 días. Verás que el aceite adquiere un color más verdoso. Si los abres, puedes oler el intenso aroma a albahaca y probar un poquito del aceite para comprobar que este ya se ha impregnado de la plantita.
- Retira las hojas de albahaca y conserva el aceite en el bote para usarlo posteriormente. Puedes ayudarte de un colador.
Si no retiras las hojas, ten cuidado porque pueden crear moho y echarte a perder todo el aceite.
¿Qué cocinar con albahaca?
Con este aceite puedes aliñar cualquier ensalada: verás que le da un aroma muy especial, sobre todo si lo combinas con quesos suaves como la mozzarella.
También es la estrella para elaborar distintas salsas para la pasta, como el pesto tradicional o de calabacín.
Feliz albahaca 😉