Abro esta breve entrada para puntualizar algo sobre la receta del pan de tomate: la cantidad total de líquido que necesita este pan para la cantidad de harina indicada, es de 200 ml, lo que significa que si el tomate que hemos triturado pesa 120 ml (hablo en mililitros y no en gramos porque yo lo peso después de triturado, de manera que ya estamos ante un líquido), debemos completar con agua hasta alcanzar los 200 ml, es decir, que necesitaremos 80 ml. de agua.
Si el tomate pesara menos, tendríamos que echar más cantidad de agua, siempre hasta completar los 200 ml.
Llegué a esta conclusión después de hacer varias veces este pan. La primera salió estupenda puesto que me ceñí a las cantidades de la receta original, pero entre medias hubo un par de desastres que, después pude averiguar, se debieron a un exceso de líquido.
Como última aclaración, decir que en esta ocasión lo hice con harina de fuerza de trigo, blanca, sin más, pero se puede hacer con distintos tipos de harina y de distintos cereales. Tengo pendiente probarlo con centeno.