Pastel de cordero con espárragos trigueros
¿Qué os parece si le damos una vuelta al clásico cordero navideño y lo servimos de otra manera? Os propongo servirlo en forma de pastel de cordero con espárragos trigueros, tal como veis en las fotos.
Durante años, en mi familia el menú de nochebuena venía dado de antemano: cordero al horno que comprábamos en el pueblo de mi abuelo.
Mientras ellos vivieron, se podían variar los entrantes, aunque el preferido de mi abuela era el cóctel de langostinos y piña. Pero el plato principal tenía que ser cordero.
No es que ellos pudieran comerlo durante su infancia, la verdad. Hombres y mujeres de campo, trabajadores sin tierras, con suerte podían celebrar las fiestas, en los años buenos, matando un pollo. Pero cuando la cosa empezó a mejorar para ellos, ya mayores y con ayuda de sus hijos, no concebían mayor lujo que cenar cordero con toda la familia a la mesa.
Pues bien, hoy le damos una vueltecita al asado de cordero tradicional, lo vestimos diferente y lo servimos de fiesta para que mis abuelos no se queden sin su plato preferido.
Pastel de cordero con espárragos trigueros
Ingredientes
- Un trozo de cordero para asar.
En esta ocasión yo he usado las sobras de una pierna, pero si vais a hacer el plato exprofeso para las fiestas, podéis pedirle consejo a vuestro carnicero de confianza sobre cuál es la pieza más adecuada para este fin.
Procura que sea un trozo con más carne que hueso porque lo vamos a desmigar y, de esta manera, será más fácil. - 1 paquete de masa filo,
- 1 manojo de espárragos trigueros,
- 100 g. de almendra molida,
- miel de caña (opcional, pero muy recomendable).
Elaboración
Lo primero de todo es asar el cordero. Hazlo como tengas por costumbre. A mí me gusta hacerlo en una fuente que pueda tapar para que quede más jugoso. Al final del horneado, lo destapo para que se tueste un poco. Aquí lo explico.
Y me encanta cómo combina el cordero con unas ramitas de romero y un poco de ajo, especialmente si no es lechal para camuflar un poco ese sabor tan intenso y característico del cordero.
Haz este paso el día anterior para que puedas dejar que se enfríe un desmigarlo sin quemarte.
Una vez tengas el cordero asado y desmigado, vamos a montar el pastel:
- Lava y corta los espárragos trigueros. Saltéalos en una sartén con un poco de aceite de oliva y sal hasta que queden tiernos.
- Añade a la sartén el cordero desmigado y la harina de almendra y remueve hasta que se integre todo muy bien y la almendra absorba parte de la salsa, creando una cremita.
- Usando un par de hojas de masa filo, haz paquetitos con 2 o 3 cucharadas del relleno anterior. Ve depositándolos sobre una bandeja de horno.
- Una vez que tengas todos los pasteles de cordero y espárragos trigueros sobre la bandeja de horno, píntalos con un poco de aceite de oliva virgen extra, espolvoréalos con otro poquito de almendra molida y decora con unos hilos de miel de caña.
- Hornea a 200ºC hasta que estén doraditos. Serán unos 10-º5 minutos como mucho, puesto que los ingredientes ya están cocinados y lo único que necesitamos es que la masa se quede dorada.
Los pasteles de cordero y espárragos trigueros se sirven recién hechos, todavía calientes, acompañados de una ensalada verde bien fresquita o, por ejemplo, de unos rollitos de calabacín que son refrescantes y muy adecuados para complementar a este plato.
Si te gusta tanto el cordero como a mis abuelos, no dudes en probarlo acompañado de una salsa tan especial como es la de frambuesas al Pedro Ximenez. Junto con la miel y el romero, es uno de los sabores que mejor casan en un plato de cordero.
Un plato estupendo, de lo más apetecible. Me guardo la receta.
Te ha quedado con una pinta fantástica
Tiene que estar muy bueno, seguro que a tus abuelos les hubiese encantado.
Menudo antojazo nos has creado