Solomillo Wellington
El solomillo Wellington es una delicia de carne envuelta en hojaldre.
Su origen no está claro: hay quien atribuye el invento al primer duque de Wellington, amante de la carne; otros defienden que nada tiene que ver la receta con el talento culinario del duque sino que, más bien, recibe este nombre por el parecido del plato con las botas militares que aquél usaba.
En cualquier caso, el solomillo Wellington es, como os he dicho antes, una delicia de carne envuelta en holaldre que se hornea, quedando la carne rosada y jugosa. Puede ser solomillo de ternera, como hemos usado nosotros, pero se puede hacer con solomillo de cerdo, de buey o, por extensión, con cualquier otra pieza de carne: salchichas wellington, pechuga de pollo wellington, ¿os imagináis?
Lo más fácil hoy en día es usar un horno eléctrico para cocinar el solomillo Wellington. Puedes ver cuál es el que más se adapta a tus necesidades en hornoelectrico.org
Solomillo Wellington
Ya os he hablado alguna vez del paladar de mi cachorrito mayor: es un gourmand y está camino de ser un gourmet. No son lo mismo, pero él terminará aunando las dos facetas, estoy segura.
Durante este confinamiento, se ha dedicado a hacernos al papá de los cachorritos y a mí mucho más fácil la tarea de elegir los menús semanales proponiendo platos que le apetecía comer.
No nos ha salido barato, eso sí, porque aquí mi amigo no pedía patatas guisadas, no… Ha pedido alubias con pulpo y almejas, pulled pork y gnocchi di patate, además del solomillo Wellington entre otras exqusiteces.
Cada vez que empieza una frase con “¿cuándo vamos a comer….?” nuestra tarjeta empieza a temblar.
Pero lo cierto es que verle disfrutar así de la comida es un lujo para nosotros y, total, durante el confinamiento no hemos tenido oportunidades de gastar el dinero en otras cosas que no fuera comida..
Paso a contaros ya cómo preparar el solomillo Wellington.
Nosotros hemos hecho una receta básica en la que el solomillo va acompañado de beicon y queso fundido. Puedes añadirle otros elementos dentro del hojaldre: setas salteadas, paté, cebolla caramelizada… Pero esta vez optamos por un plato con ingredientes que gustaran a todos los miembros de la familia.
Sin embargo, como veréis en las fotos, yo lo quise acompañar con una mermelada de fresas a la pimienta para dale un contraste ácido que me parece que acompaña perfectamente a las carnes.
Ingredientes
- 1 kg. de solomillo de ternera en una pieza.
Pídele a tu carnicero que te lo dé limpito y así será mucho más fácil. - 10 lonchas de beicon,
- 10 lonchas de queso,
- 2 planchas de hojaldre.
- sal, pimienta, aceite de oliva.
- Para la salsa: 200 g. de fresas, 50 g. de azúcar, 1/2 cucharadita de pimienta, el zumo de 1/2 limón.
- 1 huevo batido para pincelar.
Elaboración
- Lo primero que hay que hacer es sellar la carne.
Este paso es imprescindible para que los jugos de la carne se queden dentro del solomillo y no escapen. Con ello conseguiremos dos cosas: que la carne quede jugosa y que el hojaldre no se empape con los jugos de la carne.
Para sellar la carne necesitas una sartén grande en la que quepa el solomillo entero. Echa 3 o 4 cucharadas de aceite y caliéntalo a fuego vivo. Salpimenta el solomillo y una vez que el aceite esté caliente, dora la carne por todos los lados. Debe quedar doradita por fuera, pero todavía estará crudo por dentro.
Deja que repose un poco hasta que esté, al menos, tibio. - Enciende el horno a 200ºC.
- Envuelve el solomillo en el queso y en el beicon.
- Envuelve todo en el hojaldre. Asegúrate de que queda bien sellado por todos los lados y reserva alguna tira para la decoración.
- Pinta el hojaldre con el huevo batido.
- Hornea el solomillo wellington a 180ºC, calor arriba y abajo, durante 30-40 minutos.
Lo complicado del solomillo Wellington es que el hojaldre quede con ese bonito color dorado, pero la carne siga siendo rosada y jugosa.
Nosotros, que somos de carne cruda, sobre todo el cachorrito mayor, lo dejamos quizá un punto más crudo de lo necesario. Pero lo cierto es que era un solomillo buenísimo y nos supo de lujo.
Si quieres acompañar la carne, como yo, con una mermelada de fresa a la pimienta, hazlo así:
- Limpia las fresas y quítales el pedúnculo.
- Déjalas macerar 30 minutos con el azúcar y el zumo de limón.
- Ponlas en un cazo y llévalo a ebullición. Cuando empiece a cocer, baja el fuego a la mitad y deja que siga cociendo unos 15-20 minutos hasta que las fresas estén blandas.
- Chafa las fresas con un tenedor, añade la pimienta y deja que siga cociendo hasta que la mermelada adquiera la textura que te guste.
Sirve templada con el solomillo Wellington para quedar como todo un chef con un plato delicioso.
¡Felices platos de carne!
Te ha quedado genial, me has creado antojo