Pastel de berenjena con bechamel de calabacín
El pastel de berenjena es una de mis formas preferidas para comer las berenjenas. Mira que son bonitas y tienen un color precioso, pero no termino yo de hacerme muy amiga de ellas.
Las tomo fritas, ¡así sí que me gustan! y en pastel salado. He probado diferentes versiones y suelen gustarme todos con una sola condición: que las láminas de berenjena no sean demasiado gruesas. Así lo prefiero yo. Si a ti te gustan más gorditas, no hay inconveniente. Puedes preparar este mismo pastel de berenjena con las láminas de berenjena a tu gusto.
Yo lo he hecho con bechamel de calabacín para restarle calorías y porque está muy rica, qué demonios, que no todo es cuidar la línea: el paladar también tiene derechos. La bechamel de calabacín es la culpable de que veáis el pastel de berenjena un poco verdoso. Está muy rico, de verdad. Pero si os da reparos, podéis sustituirlo por bechamel tradiconal o por su versión sin gluten, con harina de arroz.
Receta de pastel de berenjenas con bechamel de calabacín:
- 2 berenjenas medianas
- 2 patatas medianas
- 1 vaso de bechamel de calabacín
- queso rallad para gratinar
- opcional: fiambre de pavo en lonchas.
Cómo hacer el pastel de berenjena con bechamel de calabacín:
1.- Preparar las hortalizas:
Pelamos las berenjenas (puedes lavarlas y dejar la piel si quieres) y las partimos en lonchas del grosor deseado. Yo las prefiero finas.
Pelamos y lavamos las patatas. Las cortamos en rodajas no demasiado gruesas. A mayor grosor, más tiempo de horneado.
2.- Montamos el pastel:
En una fuente de horno, extendemos 2 cucharadas de bechamel de calabacín. Sobre ella vamos alternando capas de berenjena, patata, fiambre de pavo y bechamel de calabacín.
No nos olvidaremos de salar cada capa de patata y de berenjenas adecuadamente, para que el pastel no quede soso.
Finalizamos con bechamel de calabacín y espolvoreamos con queso rallado.
3.- Horneado:
Metemos al horno previamente precalentado a 200ºC, calor arriba y abajo, durante un mínimo de 40 minutos, para que la patata quede tierna.
Al terminar, se puede servir de manera inmediata o dejar enfriar y conservar en el frigorífico: este pastel es perfecto para llevar en el táper y comer en la oficina, sobre todo si tienes un microondas en el que calentarlo: para mi gusto está mucho más rico caliente que frío.
Desde luego que vale la pena invertir un poco de tiempo el fin de semana para dejar listo este pastel de berenjenas y tener la cena preparada con antelación los días que vamos como locos y no llegamos, ¡os va a encantar!
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