Cocinando con Naikari {Manualidades con mis hijas}
Cuando comencé la sección “guest post”, pensé en hacerlo más a menudo. Pero las cosas salen como salen y todos tenemos la vida a tope. De modo que, aunque sea tarde, me encanta seguir contando con la colaboración de blogueras que no se dedican en exclusiva a esto de la cocina, pero que encuentran un huequito para contarnos sus experiencias entre fogones en este espacio.
Hoy es el turno de Naikari, que tiene un blog de diy , Manualidades con mis hijas, destinado a entretener a los más peques de la casa.
En esta ocasión se ha atrevido a meterse en la cocina ¡¡con 3 niños de distintas edades, para hacer un bizcochode colores, el famoso rainbow cake. Os dejo que ella os cuente:
Guest post
Cocinando con Naikari {Manualidades con mis hijas}
Tengo 3 niños y todas las tardes, mi tiempo lo dedico a ellos. Me encanta pasar ese tiempo con ellos, por lo que hacer actividades divertidas con mis niños es uno de mis pasatiempos preferidos. Hasta ahora lo que más hemos hecho son manualidades que es lo que más gusta cuando los niños son pequeños, pero ahora que mis dos niñas se están haciendo mayores, hemos empezado a hacer nuestros “pinitos” en la cocina.
Así que hoy te voy a enseñar un bizcocho de colores que hicimos principalmente mis hijas de 7 y 9 años y yo. El peque enredó y algo sí hizo, como echar colorante en los bizcochos, pero poco más.
Nos habían regalado unos moldes pequeños para horno de usar y tirar, y les propuse a ver si querían hacer bizcochos de diferentes colores. Eso de echar colorantes alimentarios a cualquier comida les encanta a los tres, así que los tres se pusieron a mezclar masa de bizcocho con diferentes colorantes, e incluso mezclando colorantes entre sí.
Una vez que ya tenemos nuestras masas coloreadas, solo falta meterlas al horno y esperar.
Una vez hechos nuestros bizcochos, los dejamos enfriar y antes de que yo me diese cuenta, uno de ellos había desaparecido (ya te imaginas que pasa cuando hay bizcocho cerca de tres niños y un padre laminero), y los otros ya los estaban abriendo para ver que color tenían por dentro (a veces puede llegar a ser peor el padre que los hijos, jejejeje).
Y cuando vimos lo bonitos que quedaban con esos colores tan llamativos es cuando pensamos que hacer un bizcocho de colores por capas, podía quedar genial. Así que sin planificarlo y con lo que teníamos por casa, empezamos a hacer el bizcocho por capas.
Les propuse a mis hijas que pensaran que se podía poner entre capa y capa en forma de unión y darle consistencia. Lo primero que pensaron fue ponerle mermelada de melocotón que es muy sencilla de aplicar y teníamos en el frigorífico.
La siguiente capa pensamos en chocolate caliente, pero en ese momento no teníamos chocolate, así que Irene pensó en ponerle nocilla. Aunque es difícil de aplicar, si se calienta la en el microondas es más sencilla de untar (yo recomiendo calentar solo la cantidad justa para el bizcocho).
Para la siguiente capa, a Iranzu se le ocurrió ponerle natilla. Nos salió un poco líquida, hubiese sido mejor una natilla más espesa ya que se nos caía por todos los lados. Pero aportó mucha jugosidad, eso sí.
Y para la última capa, no se nos ocurría nada. Yo vi un tarro de nata montada en el frigorífico y pensé en ponerla, pero tiene el inconveniente de que hay que gastarlo casi en el momento de servir. Así que esperamos al postre de la comida y cuando fuimos a comerla, le echamos la nata y después, como decoración, unas fresas.
Bueno, solo quedó un trozo de todo el bizcocho. Como ves la nata montada desaparece enseguida.
¿A qué la pinta la tiene estupenda?
Bueno, ahora te doy mi opinión concreta. La nocilla no fue la mejor opción, se necesitaba chocolate caliente, algo que hiciese más esponjoso el bizcocho, cosa que la nocilla no dio la opción. Tanto la mermelada, como la natilla y la nata, hicieron al bizcocho más jugoso. Nos gustó muchísimo. Tenemos claro que repetiremos este bizcocho más veces, aunque eso sí, tendremos que comprar moldes, porque ya no nos quedan.
Y una cosa que te quiero enseñar, y que seguro que te ríes un poco, es la que montaron Irene (7 años) y David (3 años) mientras Iranzu (9 años) y yo hacíamos la natilla. Seguro que se lo pasaron genial.
Este tiempo que paso con ellas haciendo manualidades, experimentos, recetas de cocina… es un tiempo para recordar como un tesoro, hay que aprovechar cada día, que crecen muy rápido. Y para ellos un recuerdo del tiempo que pasaba sus padres con ellos, esos pequeños detalles que hacen su infancia feliz y queridos.
¡Qué sentimental me he puesto!
Espero que te haya gustado nuestro bizcocho, pero sobre todo el proceso y el rato agradable que pasamos haciéndolo. Nos vemos por mi blog. Un beso
¿Qué te ha parecido la experiencia de Naikari haciendo esta rica tarta con sus cachorritos? Seguro que estaba divina.
Si te apetece meterte en la cocina con tus niños, recuerda que en este blog tenemos una sección especial que se llama “Cocinar con niños” en la que propongo recetas fáciles que pueden hacer ellos solitos o con ayuda de un adulto. Casi todas son recetas en las que mi cachorrita pequeña ha participado cuando las cocino para el blog. Al cachorrito mayor eso de la cocina le va menos; salvo para zampar, ahí sí participa con gusto 😉
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