Cocinar al aire libre: utensilios y recetas para comer como en casa (o mejor)
cocinar al aire libre
Hay algo en preparar la comida rodeado de naturaleza que hace que todo sepa mejor. Será el aire puro, el hambre que da caminar o el hecho de que volvemos a lo esencial, pero la cocina de camping tiene un encanto único. Eso sí, para que la experiencia no se convierta en un caos, conviene llevar lo justo, pero bien pensado. Aquí te contamos cuáles son los utensilios básicos que necesitas y un par de recetas fáciles para poder montar un festín sin echar de menos la cocina de casa cuando te vayas de acampada.
Los utensilios que no te pueden faltar para cocinar en un camping
Hornillo portátil con cartuchos de gas
Nada de hogueras improvisadas ni de complicarse con fuegos que se apagan con una ráfaga de viento. Un hornillo portátil es la pieza clave para cocinar al aire libre en condiciones. Los que funcionan con cartuchos de gas butano o propano son muy fáciles de usar y ocupan poco espacio, así que encajan perfectamente en cualquier mochila. Los hay desde modelos básicos con una única hornilla hasta versiones más completas con doble fogón. La gran ventaja es que calientan rápido, son seguros y se pueden usar en casi cualquier sitio. Además, te salva de comer frío y permite preparar desde un café mañanero hasta una cena caliente tras una jornada intensa.
Taza de acero inoxidable
A casi todos los amantes de las excursiones al aire libre les han regalado alguna vez una taza personalizada, y tiene todo el sentido del mundo: las tazas de acero grabadas no son solo un recuerdo precioso para tener a los tuyos siempre presentes en cualquier viaje, sino que son uno de los elementos más útiles y versátiles que puedes usar en una acampada. La taza de acero es resistente, aguanta tanto líquidos fríos como hirviendo y, si se elige bien, hasta se puede poner directamente al fuego para calentar agua, leche o sopa. No se rompe si se cae, no pesa casi nada y tiene mil usos. Vale para el café del desayuno, para beber agua durante el día e incluso para cenar unos socorridos noodles instantáneos. Además, si es de las que tienen mosquetón en el asa, se puede enganchar al exterior de la mochila y ahorrar espacio.
Cazuela ligera con tapa
No vale cualquier olla. Para el cocinar al aire libre conviene optar por una cazuela que sea ligera pero resistente, preferiblemente de aluminio anodizado o acero inoxidable. Si además tiene revestimiento antiadherente, mejor aún: así se evitan dramas con la comida pegada al fondo y la limpieza se hace en un suspiro. La tapa es fundamental porque permite cocinar más rápido, ahorrar gas y mantener el calor cuando el plato está listo. Con una sola cazuela se pueden preparar sopas, guisos, pasta o arroz. Y si tiene asas plegables, ocupa la mitad en la mochila.
Tabla de cortar y cuchillo afilado
Picar cebolla sobre una piedra o intentar cortar un tomate con un cuchillo de untar puede arruinar la experiencia antes de empezar. Por eso, conviene llevar una pequeña tabla de cortar —de madera o plástico— que pese poco y aguante trote. Un cuchillo decente, con funda o protector, es igual de importante. Lo ideal es que corte bien sin ser un arma de destrucción masiva. Con ese combo básico se puede preparar cualquier comida de forma cómoda y sin jugársela con cortes improvisados. Además, ocupan poquísimo espacio y hacen que cocinar en el camping no sea una odisea.
Cubiertos multifunción
No hay nada peor que terminar de cocinar y darte cuenta de que no llevas tenedor. O cuchara. O abrebotellas. Por eso, los cubiertos multifunción —tipo navaja suiza o cubiertos plegables— son un salvavidas. Con un solo utensilio puedes tener cuchara, tenedor, cuchillo y hasta abre latas o destapador. Son compactos, fáciles de limpiar y se guardan sin ocupar apenas espacio.
Recetas fáciles para triunfar en plena naturaleza
Papa asada a tu gusto
Esta receta tiene todo lo que necesitas después de un día de caminata: te llena, entra en calor y puedes tunearla con lo que lleves en la mochila o la nevera portátil. Solo necesitas una papa (una por persona, mejor si es grande), papel de aluminio y algo para el relleno: puede ser queso, atún, huevo duro, jamón cocido, bocas de mar, zanahoria y remolacha ralladas, maíz, aceitunas, etc. E incluso si no tienes relleno, la patata asada sola, con un poco de mantequilla o aceite, sal y pimienta está deliciosa.
Lava bien la papa y envuélvela entera en papel de aluminio. Métela directamente en las brasas si tienes fuego, o colócala sobre el hornillo a fuego bajo, dándole vueltas cada cierto tiempo para que se haga por todos lados. Tarda entre 30 y 40 minutos, pero mientras se asa puedes ir preparando el resto del relleno o tomarte una cerveza tranquilamente. Para saber si está lista, aprieta un poco con unas pinzas: si cede, ya la tienes. Ábrela por la mitad dentro de su propio papel de aluminio, aplasta ligeramente el interior con un tenedor y añade el relleno que más te guste.
Tacos en bolsa de Doritos: cero platos, todo sabor
Esta receta es un acierto total si buscas algo diferente, sabroso y muy fácil de preparar. Además, tiene ese punto gamberro que encantará a los niños. Solo necesitas una bolsa individual de Doritos del sabor que más te guste, el relleno para los tacos (que puedes prepararlo esa misma noche al fuego o cocinarlo en casa y llevarlo en un tupper para solo tener que recalentar) y un tenedor.
Empieza cocinando la cebolla en la cazuela. Cuando esté dorada, añade carne picada, tomate triturado, jalapeños, queso rallado y especias al gusto. Cuando esté listo, abre la bolsa de Doritos por un lateral (no por arriba) para que se mantenga abierta como un cuenco. Mete dentro un par de cucharadas de la salsa caliente, remueve todo con un tenedor. ¡Y listo! Tienes un “taco bowl” en versión exprés y sin fregar platos.