Café con hielo
café con hielo
Para los amanes del café, el café con hielo es un imprescindible en verano.
Somos muchos los que tenemos por máxima no empezar el día sin un café. Ya lo dice la famosa frase: but first coffee.
Sin café muchos de nosotros no somos capaces de arrancar el día, es como nuestra gasolina. A pesar de su mala fama, especialmente para las personas que sufren de hipertensión, el café tiene múltiples beneficios por lo que, consumido con moderación (como todo), puede no sólo hacernos empezar el día de una manera inmejorable, sino convertirse en un pequeño placer.
La cafeína es la sustancia responsable de este efecto en nuestro organismo: nos activa y nos ayuda a estar más alerta. Pero no sólo activa nuestra mente, sino que su efecto vasodilatador puede ser beneficioso contra el dolor de cabeza esporádico.
Pero, ¿qué pasa en verano?
Normalmente el café se toma caliente. Si piensas en una taza de café, la primera imagen que se nos viene a la mente es una taza humeante. Sin embargo, en verano y sobre todo si hablamos del café de después de comer, con temperaturas bastante altas, es difícil tomarse con gusto un café caliente.
Por eso mucha gente piensa en café con hielo para estos casos.
El problema es que añadirle uno o varios cubitos de hielo a una buena taza de café puede echar a perder el resultado: el hielo se derrite y el café se queda aguado, lo cual es especialmente incómodo si hemos usado un café de calidad.
Cómo hacer el café con hielo perfecto
La solución para que el café con hielo no quede aguado y salga delicioso es bien sencilla: en lugar de usar cubitos de hielo hechos con agua, usa cubitos de hielo de café. Con una serie de precauciones, tendrás el mejor café con hielo del verano.
- Prepara una cafetera como para 8 tazas de café. Usa las proporciones de café y agua que tengas por costumbre.
Vamos a hacer cubitos de café para unos cuantos días; de esta manera podrás disfrutar de una deliciosa taza de café con hielo sin ningún esfuerzo extra hasta que se te agoten. - Cuando tengas el café listo, déjalo que se entibie fuera de la cafetera. Así tardará menos tiempo. No hace falta que el líquido esté frío, pero sí necesitamos, al menos, que esté templado para que, al echarlo en la cubitera (que suele ser de plástico), esta no se derrita al contacto con el café hirviendo.
- Una vez tibio, rellena con el café tus cubiteras y mételo al congelador.
Si es posible, elige cubiteras que tengan tapa (hay muchas ya en el merado) para evitar que el hielo coja sabor a congelador. Seguro que sabes a qué me refiero: a todos nos ha pasado alguna vez ir a echar mano de un poco de hielo que lleva una temporada larga en nuestro congelador y notarle un sabor rancio. Esto se arregla con una cubitera con tapa y, por supuesto, consumiendo los productos que tenemos en el congelador con frecuencia y no dejándolos en él durante temporadas larguísimas.
Ya sólo tienes que esperar 4 o 5 horas, dependiendo de cada congelador, para que tus cubitos de hielo estén listos para hacerte disfrutar del mejor café con hielo del mundo.
Cuando llegue la hora del café, sólo tienes que
- preparártelo con tu variedad favorita,
- añadirle azúcar u otro edulcorante al gusto. Aunque te animo a degustar un buen café sin azucarar para disfrutar al máximo de sus matices,
- echarle leche o no 😉
- ponerle uno o dos de tus maravillosos cubitos de hielo y disfrutar del café en compañía ¡o en soledad!
Y si te gusta el café tanto como a mí, te animo a probar alguna de las recetas de café o con café de este blog.