Alcachofas en conserva
Llevo varios años, desde que tenemos el huertito, preparando las alcachofas en conserva como os voy a explicar hoy.
He de reconocer que hasta ese momento no había cocinado jamás un alcachofa. Siempre me han gustado, pero en casa sólo las como yo: no he conseguido atraer ni al papá ni a los cachorritos, una auténtica pena. Así que no las compraba sino que me aprovechaba de mi mami que, cuando las hacía para ellos, me traía un táper.
Pero cuando alquilamos nuestro huertito, quise plantar alcachofas sin saber lo productiva que podía llegar a ser la planta. Ni la cantidad de pulgón que podía llegar a albergar, pero eso sería tema para otro blog 😉
La cosa es que el primer año recolectamos un montón de alcachofas. Pero muchas muchas. La mayoría las repartía entre las abuelas de los cachorritos y algún otro familiar, otras acababan en mi plato. Aprendí que limpiar las alcachofas no es tan difícil. Entretenido sí y la verdad es que da mucha pena la cantidad de producto que se desperdicia, pero difícil no.
Y entonces pensé en embotar el excedente para poder ir usándolas durante todo el año porque ¡a mí las alcachofas me encantan! Y así aprendí que hacer mis propias alcachofas en conserva ¡es mucho más fácil de lo que parece!
Alcachofas en conserva
Voy a contaros cómo hacer las alcachofas en conserva al natural. Yo prefiero hacer las conservas respetando el sabor natural del producto porque así podré usarlo para cualquier elaboración. Si le añadiera algún aliño o especia, eso me limitaría a la hora de cocinar después y, bueno, no sé vosotros, pero yo tiendo a no saber qué voy a querer cocinar 3 o 4 meses más adelante 😛
Ingredientes
- Alcachofas frescas (cantidad al gusto, según cuanta conserva quieras elaborar),
- 1 limón por cada 5 o 6 alcachofas,
- sal,
- agua,
- aceite de oliva.
Necesitarás, además:
- tarros de conserva esterilizados,
- pelador de verduras,
- una olla grande para cocer los botes a baño maría.
Cómo hacer las alcachofas en conserva
- Lo primero es limpiar bien las alcachofas.
Si son de tu huerto, como es mi caso, eliminar los restos de tierra y algún bichito que puedan tener.
Para ello, tendremos que cortar la parte superior de la flor y eliminar las hojas exteriores más duras y limpiar bien el tallo (también se consumen y están deliciosos, ¡no tires el tallo de las alcachofas! con ayuda de un pelador de verduras.
Según vayas limpiando las alcachofas, sumérgelas en un cuenco con agua fría y el zumo de un limón. Si tienen bichos, parte las alcachofas por la mitad para asegurarte de que se limpian bien. Una vez que tengas limpias todas las alcachofas, cuécelas (los tallos también) entre 10 y 15 minutos en agua con sal y limón.
Si tus alcachofas estaban limpias y el agua en el que las has ido sumergiendo mientras las limpiabas estaba bien, puedes usar ese mismo agua para cocerlas. En mi caso, suelo tener que desecharla, por es de huerto urbano ecológico…- Coloca las alcachofas y sus tallos en botes esterilizados, rellénalos con el agua de la cocción y de manera opcional con un chorrito de aceite de oliva y ciérralos.
- Cuece los tarros al baño maría durante unos 20 minutos.
El baño maría
El baño maría en las conservas caseras sirve para cerrar los botes al vacío y que así se conserven durante mucho tiempo. Para que funcione correctamente, sigue estos pasos:
- Asegúrate de que el bote cierra perfectamente y de que la tapa está en buen estado, sin ningún arañazo, óxido o imperfección.
- La olla tiene que ser lo suficientemente grande como para cubrir por completo los botes. Por ese motivo éstos tienen que cerrar bien, para que no entre ni salga líquido.
- Sumerge los botes bien cerrados en agua y pon la olla a calentar. Calcula los 20 minutos de cocción desde que el agua empieza a hervir.
- Al finalizar el tiempo, deja la conserva en el agua hasta que se enfríe lo suficiente como para que puedas sacar los botes con la mano sin quemarte. Así evitaremos un contraste de temperatura que pueda romper el cristal y, sobre todo, quemaduras.
- Seca bien los botes y déjalos reposar durante 24 horas boca abajo para que la conserva se asiente. De esta manera, además, te aseguras de que el bote está bien cerrado: al estar boca abajo detectarás fácilmente cualquier fuga.
- Etiqueta los botes indicando el producto y la fecha y almacénalos en un lugar fresco. El trastero es un lugar ideal.
Precaución con las conservas caseras: el botulismo
Uno de los mayores riesgos de las conservas caseras es el botulismo. Se trata de una enfermedad provocada por una bacteria que crece con especial riesgo en las conservas caseras. Os dejo aquí un enlace con mucha información al respecto, pues yo no soy experta y no me atrevo a daros consejos que puedan ser poco precisos.
En cualquier caso, los botes y las tapas han de estar en buen estado y el producto con el que hagamos la conserva, también. Procuraremos que, al rellenar los botes, no quede burbujas de aire pues parece que es en ellas donde puede producirse la bacteria propia del botulismo.
Y, por supuesto, si abres una conserva (casera o no) y huele mal, presenta un aspecto raro, mohos o cualquier otra circunstancia que os pueda parecer sospechosa, la desecháis sin probarla si quiera y sin cargo de conciencia.
Las conservas en buen estado suelen hacer un ruido muy característico al abrir la tapa. Es el típico “pop”. Si hace otro ruido diferente o parece que suelta gas (“pshhhhh”), mejor desecharla.
No es lo más frecuente. En los cerca de 5 años que llevo haciendo conservas caseras, habré tenido que tirar 3 o 4 botes y casi todos la principio porque era poco mañosa y el proceso de embotado es lento y hay que ser cuidadoso para que los bordes de la boca del bote queden bien limpios, para que la tapa cierre bien, para que el baño maría selle el bote a la perfección… que parece sencillo y en realidad lo es. Pero también es laborioso y hay que ser muy meticuloso.
#tetengoenelboteTS
Para homenajear esa tarea que se ha hecho toda la vida en los pueblos para tener alimentos disponibles en los meses más fríos, este mes en La Cocina typical spanish, de la mano de nuestra anfitriona Rosa (del blog Un toque de canela) hemos querido hacer conservas caseras. Y las hay de todo tipo. Podéis comprobarlo pinchando aquí o en la foto a continuación.
¿Y qué hago ahora con las alcachofas en conserva?
Pues puedes cocinar cualquier plato de alcachofas que te apetezca, con la ventaja de que ya las tienes cocinadas, así que terminarás súper rápido. Por ejemplo:
Hola…me encantan las alcachofas, me habían comentado el mismo procedimiento pero solo escaldándolas, no hirviéndolas tanto. Que uso le das a los tallos?
Muchas gracias, soy valenciana y no concibo una paella sin alcachofas
Hola, Amelia.
Sí, también puedes hacer esta conserva escaldando sólo las alcachofas antes de embotarlas, no hay problema. A mí es que creo que es la única verdura que me gusta blandita porque todas las demás las prefiero al dente. Pero si tú las prefieres de otra manera, las escaldas, las embotas siguiendo el procedimiento y luego hierves los tarros para cerrarlos al vacío.
En Madrid no solemos echar alcachofas a la paella, pero yo lo descubrí hace ya muchos años de manos de la madre valenciana de un amigo y ¡menudo descubrimiento!
Un beso.
¡Ah! y los tallos, se comen igual que la alcachofa. Tanto la textura como el sabor se parecen mucho al corazón. Sólo tienes que pelarlos un poco con un cuchillo o un pelador de verduras para quitar la capa exterior más fibrosa. Verás qué ricos.
Nunca las he hecho en conserva, si tengo tiempo me encantaría hacerlas.
besos,
Con lo que me gustan las alcachofas, esta conserva no me la pierdo!
Me encantan las alcachofas, tengo varios tarros para cuando no hay, pues un arroz sin alcachofas, no sabe lo mismo, claro en mi casa;
Te quedaron estupendas. bs
Pues en casa las alcachofas nos encantan!! pero no las he puesto en conserva aún, probaré con tu receta que se ven deliciosa!! Bs.
una verdadera delicia estas alcachofas, me encanta tu propuesta
Mil Besos
Rosa