Aceite de oliva
ACEITE DE OLIVA: SUAVE O INTENSO ¿CUÁLES SON SUS DIFERENCIAS?
El aceite de oliva es uno de los ingredientes más valorados de la cocina española. Sus beneficios para la salud son numerosos, entre ellos se ha demostrado su riqueza en antioxidantes y ácidos grasos que aportan grandes beneficios al sistema cardiovascular, reforzando nuestra salud. Su consumo regular mejora notablemente el funcionamiento gastrointestinal y el páncreas, además de reducir los niveles de colesterol en la sangre.
Además, está presente en una importante variedad de platos de nuestra gastronomía. De hecho, en España, el aceite de oliva es el más consumido por su relación calidad-precio. Su uso se ha difundido y popularizado más allá de las fronteras por su delicioso sabor y alto rendimiento en guisos, adobos y frituras. Su versatilidad se ha extendido hasta la repostería, donde el aceite de oliva suave la española se coloca como uno de los grandes favoritos, ya que su sabor sustituye exitosamente a mantequillas y margarinas en galletas, magdalenas y bizcochos. Es ideal para elaborar postres tan diversos como bollos, dulces con almendra y chocolate, turrones, mazapanes, para la preparación de pan, pasteles, empanadas, acompañando y realzando el sabor de los ingredientes principales.
LA COMPOSICIÓN DEL ACEITE: EL ELEMENTO CLAVE
La diferencia entre el aceite de oliva intenso y el suave se basa principalmente en el nivel de acidez. El aceite suave se obtiene mediante la mezcla entre aceite de oliva refinado y aceite de oliva virgen extra (en menor proporción que el aceite de oliva intenso) siendo la acidez máxima que puede alcanzar el aceite de oliva suave de 0,4º.
SUGERENCIAS PARA COCINAR CON ACEITE DE OLIVA SUAVE
En la dieta mediterránea se encuentra el uso diario del aceite de oliva como aderezo para ensaladas y vegetales cocidos, para elaborar vinagretas y emulsionar salsas ya que aporta textura, cuerpo y sabor. El aceite de oliva suave es ideal para elaborar mayonesas e incluso platos cremosos. También se recomienda untar en las carnes con barbacoa ya que conserva mejor los jugos naturales. El aceite suave facilita la mezcla de especias y las hierbas aromáticas, por lo que se recomienda su uso para marinar todo tipo de carnes; además si la receta es de carne a la brasa, el aceite añade sabor al tiempo que se dora. En los aliños de ensaladas, el aceite de oliva se puede usar para finalizar la receta, justo después de la sal, la pimienta, el vinagre o el limón, para facilitar que los ingredientes y sabores se adhieran a la ensalada.
En muchos países se emplea comúnmente para freír alimentos como pescado, pollo, croquetas y patatas. Al freír con aceite de oliva el producto mejora su sabor, ya que durante la cocción se forma un finísima capa alrededor lo que impide el exceso de grasa en nuestros alimentos. También es un aperitivo delicioso cuando se consume crudo con pan para sustituir la mantequilla y en tostadas acompañadas de ajo triturado, pimienta y sal, ideales para iniciar el día. Otro uso interesante que se le da al aceite de oliva suave es para saltear verduras, ya que conservan mejor todas sus propiedades, mientras que durante la cocción, las verduras pierden gran parte de ellas. Este aceite además de realzar su sabor, potencia las propiedades del tomate al momento de la cocción lo que la hace increíblemente rico para acompañar a todo tipo de pastas y pizzas.
MITOS SOBRE EL USO DEL ACEITE DE OLIVA.
Muchas personas consideran que el aceite de oliva no es recomendable para freír ya que piensan que las altas temperaturas le hace perder todas sus propiedades. Aunque si se ha comprobado que durante la cocción pierde algunas de ellas, el aceite de oliva suave es la mejor opción porque es mucho más estable al conservar su composición química, permitiéndole mantenerse protegido durante el proceso de calentamiento y elevar su rendimiento, más que cualquier otro tipo de aceite.
Con esto queremos podemos obtener frituras crujientes y jugosas por dentro al mismo tiempo y reutilizarlo (con moderación), ya que se mantiene en perfecto estado aún después de haberle expuesto al daño térmico.