Cómo se hace una cobertura de chocolate perfecta
La cobertura de chocolate perfecta se puede conseguir. Si quieres saber cómo, ¡aquí tienes el secreto!
¿Cómo se hace una cobertura de chocolate perfecta?
Una buena tarta de chocolate es siempre una auténtica tentación para una persona golosa. Esas coberturas perfectas en las que uno podría reflejarse como en un espejo se convierten en una perdición para los amantes de este manjar de dioses. Dan mucha hambre pero también bastante envidia. Y es que bañar un bizcocho en chocolate puede parecer tarea sencilla, pero la realidad es muy distinta.
Es más frecuente de lo que debiera que el chocolate quede con grumos, o que no se adhiera bien al bizcocho y se cuele sobre la bandeja. También en ocasiones queda demasiado duro y hay que distribuirlo con una espátula.
Pero, ¿es posible hacer una cobertura de chocolate realmente perfecta? Así es, y a continuación vamos a ver cómo.
¿Cuál es la clave? En los materiales la encontrarás
Evidentemente la calidad de los materiales que vamos a utilizar es de suma importancia. No dudéis en dirigiros a tiendas de calidad: la cobertura de MyKaramelli es simplemente perfecta.
Así que lo primero es escoger un chocolate de buena calidad, que sea especial para repostería y concretamente para fundir. Hay que tener presente que el chocolate blanco es más complicado de fundir que el negro, ya que su temperatura de ebullición es más baja y es necesario tener mucho cuidado para no que no se queme.
Según la aplicación que se le vaya a dar, es fundamental elegir un chocolate que tenga el sabor adecuado y sobre todo la fluidez necesaria. Un chocolate de mayor fluidez contendrá más manteca de cacao, produciendo una cobertura de chocolate más dura y fina. El resultado será un gran brillo y un producto irresistiblemente crujiente, ya que el chocolate se ha templado de forma adecuada. Además, se contrae mejor durante el enfriamiento, haciendo que la cáscara de chocolate se desprenda del molde por completo. Es decir, deslmoldar o será más sencillo y nos quedará una cobertura de chocolate perfecta y sin marca alguna.
También debemos tener en cuenta que un chocolate de menor fluidez contiene un nivel más bajo de manteca de cacao, dando lugar a una cobertura menos dura, con menos brillo y mayor grosor. No obstante, se trata de la mejor opción cuando se moldean figuras grandes de chocolate. Para esto tan sólo tenemos que cubrir el interior del molde con una capa de chocolate para dar una cáscara impecable. Un ahorro de trabajo más que considerable que si moldeamos figuras huecas con algo más de chocolate fluido.
Y ahora, veamos cómo bañar el bizcocho.
A la hora de bañar un bizcocho, en primer lugar, lo colocaremos encima de una rejilla que se encuentre a una cierta distancia de la fuente con la que estemos trabajando. Hay que dejar espacio para que se cuele bien el chocolate.
Y tras esto verteremos la cobertura en el centro del bizcocho, dejando que caiga hacia los lados, bañando completamente tanto la superficie como ambos lados del bizcocho. En caso de que quede algún sector por el que el chocolate no haya colado tendremos que echar más cobertura encima de la parte que queda por cubrir, con ayuda de una cuchara. Tal como se puede observar el proceso es bien sencillo, lo cual corrobora que la clave está en la elección del chocolate.