Tarta de chocolate blanco
Receta de tarta de chocolate blanco sin horno
Ingredientes:
- 1/2 bolsa o algo más de chiquitillos (los necesarios para cubrir la base del molde que vayamos a usar)
O 1 paquete de galletas maría o similar y 2 cucharadas de mantequilla. - 500 ml. de nata líquida (nata para montar)
- 1 vaso de leche
- 3 sobres de cuajada
- 2 tabletas y media de chocolate blanco para postres.
- 5 cucharadas soperas de azúcar.
Cómo hacer la tarta de chocolate blanco sin horno
1.-Elaboramos la base:
En la picadora ponemos las galletas y las 2 cucharadas de mantequilla y trituramos hasta que quede una pasta. Puedes verlo aquí bien explicado y con imágenes.
Forramos con ello la superficie del molde que vayamos a usar y reservamos en el frigorífico.
En mi caso, en esta ocasión, como ya os dije, he usado chiquitillos.
2.-Hacemos la crema de chocolate blanco:
Ponemos a calentar, a fuego medio, la nata con el azúcar y el chocolate blanco partido en trocitos. Removemos para evitar que se nos queme y para que el chocolate se deshaga.
Mientras tanto, disolvemos los 3 sobres de cuajada en el vaso de leche, procurando que no queden grumos. Reservamos.
Cuando la mezcla de nata comience a hervir, bajamos el fuego y añadimos el vaso de leche con la cuajada disuelta. Removemos bien para que se mezcle y dejamos un par de minutos sin dejar de remover.
Vertemos la mezcla en el molde. Como los chiquitillos están secos, es decir, no están pegados al molde, comenzarán a flotar. Tenemos que procurar que se humedezcan con la mezcla para que no se queden secos, pero flotarán igualmente. Mejor porque así, cuando desmoldemos la tarta, quedarán en la parte de abajo y harán de base.
Dejamos templar una media hora y metemos al frigorífico. Deberá reposar en frío al menos dos horas; si es de un día para otro, mucho mejor.
Para servir, desmoldamos con cuidado (como veis en la primera foto, a mí se me chafó un poquito por la esquinita del corazón, una penilla) dando la vuelta a la tarta para que los chiquitillos queden en la parte inferior. Sirven de base y ¡¡están buenísimos!!
Si hemos usado la base de galletas, podemos servir directamente en el molde y cortar de ahí las porciones.
Si queréis una tarta facilita y ligera para finalizar una buena comida, os la recomiendo, pero también os sugiero estas otras tartas sin horno de este blog:
que buena pinta!! me la apunto y seguro que la haré en alguna ocasión. Aquí esas galletitas se llaman "Pets de monja" (peos de monja) y a mis pitufos les encantan!
uhmmmmmm que rico!!!!!! Esta tarta tiene que estar de muerte, me quedo por aquí echando un vistazo, un beso
Me esperas?? voy para alla ahora mismito, me has dado en mi punto debil.
Qué pinta tan buena y que bonita la presentas, a ver quien se resiste a estadelicia.
Muchas gracias por tu participación, vamos a conseguir un recetario dulce estupendo.
Besos
Qué tarta más bonita, me encanta tanto la receta como la presentación. Por ciento, me encanta que cocines con tus hijos, yo también lo hago con los míos, creo que es algo fantástico para los más pequeños y que contribuye al desarrollo de la creatividad. Besitos.
que chulada de tarta!!!!!!, dan ganas de lamer la pantalla, bikiños Vero
Vero me ha encantado, a mi me gusta los dos, pero tu tarta se ve bien rica
Vero que tarta más chula y encima no lleva ni horno…me ha encantado..Bs
yo quiero un cachito….
Uys que rico tiene que estar Vero mmmm Muacks
oooo que ricaaaaaa!! me encanta el molde con el que lo hiciste!y el sabor tiene que ser especial y buenísimo!
¡Qué molde tan bonito! Se ve con una textura muy sabrosa, con esas galletitas en la base debe estar estupenda.
Besos
Aiss que buena pinta tiene!!! Tengo ganas de probar esas galletas, deben estar deliciosas. Un beso 🙂
Fíjate aquí es al revés, nosotras somos las del blanco y ellos los del negro…….aunque en tartas no ponemos pegas, bueno yo no soy mucho de dulce; pero un poquito para probar!!!
Besinos