Ensalada de espinacas y queso azul

La ensalada de espinacas y queso azul es una de mis favoritas. En realidad, he de confesar que me gustan casi todas las ensaladas, pero tienen que cumplir dos requisitos casi imprescindibles: han de llevar queso y un toque dulce que, en esta ocasión, lo pone la granada, uno de los productos otoñales por excelencia. Por eso esta ensalada sencilla pero deliciosa me ha parecido la receta perfecta para participar en la edición mensual del asaltablogs.

Este mes el blog asaltado ha sido Duly’s Kitchen, lleno de recetas accesibles, de cada día, sencillas y muy ricas. En realidad, ella hace esta ensalada con canónigos y con manzana. Yo he sustituido los canónigos por las espinacas que son las primeras que nos da nuestro huertito esta temporada. Y, en lugar de manzana, he puesto granada porque le da un toque de color bien bonito y , sobre todo, porque me gusta aprovechar los productos de temporada.

Si no tenéis granada, la manzana le va también muy bien. Combina a las mil maravillas con el queso azul que, en mi plato, es de la variedad gorgonzola porque era el que tenía en ese momento en el frigorífico. Es uno de mis favoritos por su sabor intenso ligeramente dulce. Y porque es italiano 😉

Receta de la ensalada de espinacas y queso azul

Ingredientes:

(no voy a indicar cantidades porque dependerá de vuestro gusto, de si queréis usar esta ensalada como acompañamiento, como primer plato o como plato único para la cena: ajustad las cantidades de uno u otro ingrediente según vuestras necesidades)

• Espinacas frescas
• nueces
• granada
• queso gorgonzola
• sal
• Para la vinagreta: 2 o 3 cucharadas de aceite de oliva, 1/2 cucharadita de miel, unas gotas de vinagre de Módena.

 

Cómo preparar la ensalada de espinacas y queso azul:

Elaboración:

1. Lavamos bien las espinacas con abundante agua fría.
   Si usas espinacas de bolsa, de las que vienen ya limpias, puedes saltarte este paso. Si son “de huerto”, como las mías, tendrás que lavarlas muy bien y con mucho cuidado para eliminar todos los restos de tierra.
   Tanto las espinacas, como las lechugas, acelgas y demás plantas que se cultivan a ras del suelo, suelen tener muchísima tierra, pero eso no es necesariamente mala señal. Y sólo da un poco de trabajo extra. Ayuda mucho un centrifugador de verduras.
   Escurrimos bien y reservamos.
2. Partimos el queso gorgonzola en taquitos.
3. Pelamos y desgranamos la granada.
4. Pelamos y picamos las nueces.
5. Para preparar la vinagreta, se echan todos sus ingredientes (aceite, miel, vinagre y una pizca de sal) en un botecito pequeño que tenga una tapa que se ajuste bien. Se cierra la tapa y se agita con energía para que emulsione ligeramente.
6. Montamos la ensalada colocando las espinacas en el fondo (puedes partirlas si las hojas son demasiado grandes) y el resto de los ingredientes distribuidos por encima.
   Regamos con la vinagreta justo en el momento de servir.

Y ya tenemos una deliciosa ensalada de espinacas y queso azul, aprovechando tres de los productos estrella de esta época: las primeras espinacas, las granadas y las nueces que están ahora mejor que nunca.

 

 

Variantes de la ensalada de espinacas y queso azul:

Si queréis que esta ensalada sea un poco más contundente y os sirva como plato único, para el táper, por ejemplo, podéis añadirle cualquier tipo de pasta. Le van especialmente bien los espirales.

Para las ensaladas “para llevar”, yo siempre recomiendo que la vinagreta o el aliño elegido vaya en un recipiente a parte. De esta manera, los vegetales no se quedarán lacios, lo que ocurriría si los dejamos demasiado tiempo en contacto con la humedad del aceite, el vinagre o la salsa elegida. Bastará con transportar el aliño en un botecito pequeño: el mismo que usaréis para ligarla y emulsionarla.

Prueba a sustituir las nueces por otro fruto seco que te guste o por semillas de sésamo o de lino. De esta manera, aportarás a la ensalada un plus de sabor y jugarás con todas las propiedades nutritivas que estos productos nos ofrecen.

Si eres tan fan de las ensaladas como yo y siempre tienes un buen motivo para tomarte una, te sugiero estas otras:

• Ensalada de calabacín.
  Utiliza calabacín crudo y frambuesas para jugar con los contrastes de sabores y texturas en tus platos. Sorprendente y sencillamente deliciosa; te sugiero que pruebes esta ensalada en verano, cuando sus ingredientes principales están en su mejor momento para poder disfrutarlos en todo su esplendor.
• Ensalada de habitas tiernas con vinagreta de mostaza.
  Una receta de Joan Roca al acceso de todos los cocineros domésticos. Otra manera de comer legumbres casi sin darte cuenta.
• Ensalada de cuscús, el clásico tabbouleh árabe con cuscús y hierbabuena. Refrescante, reconfortante y deliciosa aliñada con un buen aceite de oliva.

Espero que os haya gustado esta colorida ensalada.