Salsa pesto alla genovese

Hace mucho que no os traigo una receta de pasta y, con todo lo que me gusta, eso tiene que terminar ya mismo.

La de hoy es, en realidad, una receta de una salsa para la pasta, una salsa muy clásica, una de las más ricas del mundo si, como yo, adoras la albahaca.

Se trata, por supuesto, del pesto alla genovese que yo comí por primera vez en Roma. No os vais a creer donde: mi madre tiene un primo jesuíta que, por aquel entonces trabajaba en El Vaticano. Aprovechando nuestra visita a la ciudad, pasamos a verle y, así, pudimos comer con él en su comedorcito particular, la misma comida que preparaban los cocinero para todos los religiosos que trabajaban allí.

Los espaguetis con salsa al pesto estaban divinos. Pero él, un señor mayor, criado en Castilla, se quejaba de que todos los días tenía que comer pasta: “nunca nos ponen un plato de garbanzos”. El papá de los cachorritos -que todavía no lo era- y yo nos mondábamos de la risa.

Pues bien, hoy he preparado yo una riquísima salsa pesto de albahaca con mi thermomix. Evidentemente esta no es la forma tradicional de prepararlo, pero a mí me ha sabido tan rica como la auténtica. He reducido un poco la cantidad de aceite que pedía la receta del libro porque me parecía mucho y creo que ha sido una cierto.

Además, igual que el pesto de brócoli o el pesto de calabacín, se puede congelar, así que compensa hacer un poco más de la que vas a necesitar para conservarla en el congelador y así, cuando te haga falta, no hay más que sacar el tarrito y echarla a la pasta.